La Infedelidad Parte II
La pérdida de la confianza es la primera reacción, más adelante y secundario…
Lic. Fernando Nagao
La semana pasada hablábamos de las distintas causas de la infidelidad y algunas ideas y reacciones comunes de la gente en general, hoy vamos a revisar las consecuencias de la infidelidad en la relación de pareja y de la familia en general.
Independientemente de quien haya sido el infiel, el efecto en la pareja es desastroso, ya que de entrada, se destruye un elemento esencial en toda relación sentimental, que es la confianza. En toda sociedad o alianza, la confianza es una condición básica para el crecimiento y desarrollo de las personas, la importancia de pensar y creer que el otro es depositario de la confianza que le damos es algo importante para nuestro bienestar en la relación, por eso cuando se llega a descubrir un acto de infidelidad, el sentimiento de desesperanza y desamparo, es grande ya que, la persona que se supone, nos iba a comprender, apoyar, querer y proteger, nos falló, esto significa, estamos solos, estamos desamparados, no podemos confiar en nadie, porque la persona que nos amaba o nos ama, nos falló, nos engañó.
pérdLa ida de la confianza es la primera reacción, más adelante y secundario al estrés que esta situación generó, viene muy probablemente la depresión con los característicos síntomas, entre los que podemos mencionar la irritabilidad, los sentimientos de minusvalía, las ideas de no ser querida, sino al contrario rechazada y la tristeza que nunca falta, todo esto como un estado clínico que empeora la crisis de la pareja.
Además de todo lo anterior, una parafernalia conductual que vuelve la relación en un completo caos, como son los celos, el revisar la ropa, el teléfono, las redes sociales, horarios y constantes llamadas telefónicas para tratar de tener el control del otro. Es importante entender que cuando las cosas llegaron ya a este nivel, lo más recomendable es buscar ayuda profesional, muchas de las veces, la persona afectada se refugia en las amistades del mismo sexo, con el riesgo de ser mal orientadas, ya que algo común es recomendarle: “hazle lo mismo para que se le quite”, lo cual en lugar de ayudar empeora las cosas.
Como mencionaba la semana pasada, un evento de esta naturaleza no tiene que ser necesariamente el final de una relación, la ayuda profesional debe estar encaminada, aparte de ayudarlos a sanar las heridas que esto ocasionó, a revisar las cosas que la pareja no estaban haciendo bien, con lo cual, es muy posible que la pareja pueda salir de este episodio, incluso mejor de cómo estaban antes de que todo esto pasara.
No quiero terminar sin mencionar también, que cuando hay hijos, estos salen perjudicados en su condición emocional por quedar en medio de una relación fracturada entre los padres y depende del grado de intensidad, la duración del episodio y el carácter de los hijos, el grado de afectación que estos van a desarrollar.
La infidelidad es una puerta falsa, es una paradoja, nadie quiere tener una pareja que valga menos, una pareja disminuida, nadie quiere para sus hijos un padre o una madre devaluados, sin embargo cuando alguien le es infiel a su pareja, eso es lo que está construyendo, una pareja o una familia de personas devaluadas.
Lic. Fernando Nagao Quiñones